Retrato de la Organización Música Iberoamericana - Ensemble Iberoamericano
Henriette Rosenkranz
Redactora de Violinorum.de
Octubre de 2013
“Mi hogar es mi música” – Bajo este lema se reunieron músicos, graduados y estudiantes de la Escuela Superior de Música Franz Liszt de Weimar procedentes de países iberoamericanos formando la Organización Música Iberoamericana. La idea surgió de la inquietud de encontrar una identidad artística y cultural, desde la mirada de quienes residen lejos de la propia cultura: ¿Cuáles son mis raíces y tradiciones? ¿Cómo se pueden relacionar con el aquí y ahora? ¿Cómo relacionarse desde esta perspectiva con un nuevo entorno?
El director de orquesta Joan Pagès Valls (España), el cellista Pedro Bielschowsky (Brasil) y el oboísta Diego Villela (Chile) se hicieron esta preguntas y proyectaron el año 2007 una orquesta de cámara dedicada a difundir la música contemporánea de Iberoamérica en Alemania. El mismo año se fundó la organización sin fines de lucro Música Iberoamericana en Weimar; en Alemania se encontrarán pocos ejemplos de organizaciones similares. A través de esta forma institucional los músicos pudieron comenzar a postular a fondos para sus proyectos.
Entre las instituciones más importantes que han cooperado con la asociación se encuentran el Instituto Iberoamericano de Berlín y el Instituto Cervantes de Berlín. La Escuela Superior de Música Franz Liszt de Weimar también ha apoyado a la organización cediendo gratuitamente su infraestructura para la realización de conciertos y grabaciones, actuando así de acuerdo a su renombre de institución educativa con un campo de acción eminentemente internacional.
Ya que las características de la organización no siempre están acordes con los objetivos de fomento de instituciones culturales alemanas, su labor ha sido apoyada mayormente por fuentes extranjeras, entre las que se encuentra también la organización ProSpanien.de, financiada por el Ministerio de Cultura Español. Junto con la institución bancaria Sparkasse Mittelthüringen y el Centro de Estudiantes de Jena-Weimar, un importante auspiciador fue la fundación Neue Liszt-Stiftung de Weimar, quien apoyó significativamente el financiamiento del primer CD de la organización.
Antes de planear sus primeros proyectos, la organización tomó contacto con alrededor de 200 compositores. Así surgió una base de datos de más de 100 compositores, cuyas obras son interpretadas en los conciertos del Ensemble Iberoamericano. Este ensamble compuesto por músicos de diversos países pone especial énfasis en no presentar conciertos constituidos por una sucesión tradicional de obras. Joan Pagès, director artístico, destaca la importancia de tematizar el contexto de creación de las obras, ya que la presentación de obras contemporáneas sin mayores explicaciones dificulta su entendimiento por parte de los oyentes. De esta manera, la organización ofrece en sus conciertos concepciones planeadas cuidadosamente en torno a una temática determinada. Junto con la música, la organización incluye otros medios y artes, por ejemplo entrevistas de artistas u obras literarias de escritores y poetas latinoamericanos. La gestora cultural y musicóloga de la organización, Daniela Fugellie, agrega que la narrativa ofrecida en los conciertos debe abarcar un tema desde diversas perspectivas, ofreciendo así impulsos que motiven el entendimiento y receptividad del repertorio.
El Ensemble inauguró sus actividades con un concierto conmemorativo del día mundial del libro el 23 de abril de 2009, durante el cual se presentó una muy bien lograda combinación de música, textos cantados, recitados y narración en la sala Am Palais de Weimar.
Por este tipo de concepción, la organización fue galardonada en 2010 con el premio del Ministerio de Cultura de Thuringia en el concurso „Miteinander studieren in Thüringen“,
en la categoría de “conceptos innovadores”. Otro exitoso proyecto fue el concierto Winnipeg. Música y Exilio. La idea partió de la conmemoración de los 70 años de la Guerra Civil Española y los bicentenarios de la Independencia de diversos países latinoamericanos. La narración se creó en torno a la historia del barco Winnipeg, que desde el 4 de agosto al 2 de septiembre de 1939 acogió un gran número de exiliados políticos españoles, entre ellos muchos artistas e intelectuales, dándoles asilo en Chile. El concierto tematizó la relación entre música y exilio, reuniendo obras de compositores que vivieron la experiencia del exilio, tanto en Latinoamérica como en Europa.
La obra que para esta ocasión fue encargada al compositor Ramón Gorigoitia, titulada Winnipeg, presenta una narración interdisciplinaria de la travesía del Winnipeg, reuniendo música de cámara, banda sonora, declamación y ballet. En este contexto se manifiestan las diferencias existentes entre culturas y también al interior de una misma cultura: ¿De qué manera se transforma el artista y su arte cuando tiene que abandonar su cultura y qué sucede cuando retorna a ella? ¿Qué es lo que cambia en la imagen artística y en la propia obra?
Aún cuando los honorarios de los conciertos no suelen ser altos, los músicos del Ensemble Iberoamericano valoran su trabajo conjunto en este proyecto. El ecuatoriano Daniel Gutiérrez, cellista del ensamble, se manifiesta motivado sobre todo por la diversidad que este repertorio le ofrece en la interpretación del cello, pudiendo explorar en variados timbres y efectos. Un ejemplo de esta diversidad se encuentra en la obra Nace la aurora Op. 50 del chileno Fernando García, la cual fue estrenada en el concierto del 12 de octubre de 2010 y que figura en el CD Winnipeg. Música y Exilio. En su musicalización de versos del Canto General de Pablo Neruda, García utiliza la formación de cuarteto de cuerdas con soprano que recuerda al Segundo Cuarteto de Cuerdas de Schönberg. Los variados efectos de las cuerdas crean una expresiva textura sonora sobre la que se apoya el texto cantado.
El ensamble toma sus decisiones democráticamente, diferenciándose así del sistema orquestal alemán, el cual está sin duda marcado por estructuras autoritarias. El director y el cellista destacan que la posibilidad de tocar junto a amigos y conocidos ofrece libertades de las cuales se crea un trabajo común armonioso. Para ambos se encuentra aquí una condición necesaria para poder destacar el aspecto emocional de las obras interpretadas.
Pero cabe preguntarse, ¿dónde se encuentra la propia identidad o el propio hogar? Joan Pagès responde que los instrumentos tradicionales, las danzas tradicionales y populares de los diversos países latinoamericanos portan esta identidad. Un ejemplo se encuentra en el concierto de homenaje al compositor brasileño Heitor Villa-Lobos, realizado el 15 de noviembre de 2009. Los Choros, compuestos en 1924, representan una adaptación de un estilo popular brasileño, surgido hacia fines del siglo XIX de la mezcla entre danzas europeas y de la música de los esclavos africanos. Para mostrar la génesis de esta obra, Diego Villela interpretó un choro tradicional.
De esta manera se pueden construir nexos que faciliten un acercamiento mayor a la música contemporánea. En esta línea, el Ensemble se encuentra trabajando en un nuevo proyecto que busca acercar a los niños al lenguaje de la música contemporánea: En base a la obra Siete Fábulas de La Fontaine, de Xavier Benguerel, los niños conocerán estas fábulas y podrán utilizar su imaginación dibujando y pintando. Lamentablemente, hasta ahora la interpretación de esta obra sólo fue realizada en Berlín.